MOTRICIDAD HUMANA, TRANSDISCIPLINARIEDAD Y NEUROCIENCIA: PERSPECTIVA DESDE EL DEPORTE Y LA ACTIVIDAD FÍSICA


“la práctica deportiva es 90% mental y el 10% restante
 está en la cabeza del deportista”
                                                                                                                                                              Estanislao Bachrach
Hablar de Ciencia al referirnos a la motricidad humana ha resultado todo un desafío, sobre todo tomando en cuenta que el término de motricidad para muchos resulta ambiguo, o simplemente lo asocian a la acción que ejerce el hombre a través de sus músculos. Es por ello, que para entenderla se requiere analizarla desde sus comienzos, a fin de clarificar su objeto de estudio, así como las teorías que la sustentan.
Para Colmenarez (2018), el estudio de la motricidad debe comenzar por comprender la concepción de cuerpo atribuida desde los Romanos, quienes lo concebían como una máquina que se mueve y que con la debida preparación servía para ganar guerras. Luego en la antigua Grecia en donde el cuerpo era visto como un objeto estético, que al igual, con el movimiento se podría lograr configurar o dar forma a algo estéticamente bello. Llegamos a lo que desde la educación física y el deporte se concebía, como la configuración musculo esquelética para el rendimiento óptimo, que utiliza al movimiento como un medio para alcanzar marcas y victorias.
A partir de estas concepciones, todo estudio de motricidad humana se establece desde la visión de un cuerpo que sirve para moverse o el movimiento como medio para potenciar ese cuerpo. Sergio (1986) aceptando los postulados de Jean Le Boulch (Principios de la Psicomotricidad) y Pierre Parlebás, propone la Ciencia de la Motricidad Humana como ciencia de comprensión y de la explicación de las conductas motoras. En orden al desenvolvimiento global del individuo y de la sociedad, teniendo como fundamento simultáneo lo físico, lo biológico y lo antroposociológico.
Para el año 2006, este mismo autor postula la existencia de la Ciencia de la Motricidad Humana (CMH), como una ciencia humana y, al mismo tiempo, el tercer corte epistemológico en esta área del conocimiento, después de la gimnasia y de la educación física. La CMH surge como un problema ontológico, un problema epistemológico y un problema político, y su futuro está en el inequívoco pasaje del físico hacia la complejidad humana.
En el contexto de la dinámica del ser humano, para Morin (2005), se tiende a plantear y a asumir la ciencia desde posiciones reduccionistas, ancladas bajo un modo de pensar simple, por primar en las personas un pensamiento rígido y unidimensional. Propone la complejidad como el tejido de eventos acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones, azares, que constituyen nuestro mundo fenoménico, en este caso el contexto de la motricidad humana.
En este mismo orden de ideas, la transdisciplinariedad propone para esta ciencia un proceso holístico, que subordina el concepto de disciplina, considerando la dinámica de sistemas, en donde se integra las ciencias naturales, sociales y de salud en un contexto humanístico, transcendiendo cada uno de sus límites disciplinares tradicionales, respetando al tratamiento de una cuestión entre disciplinas, a través de diferentes disciplinas y más allá de todas ellas. La meta es la comprensión del mundo presente en la motricidad humana, y lo imperativo es la unificación del conocimiento desde las ciencias aplicadas.
Motricidad Humana, Transdisciplinariedad y Neurociencia: Visión Teórica
Motricidad Humana
En relación al término, Sergio (ob.cit.) sugiere que es un concepto que apenas comienza a tomar forma, pues desde las perspectivas más convencionales devenidas de la influencia biología y psicología, se refiere a la capacidad de movimiento fisiológico e incluso orgánico que se asocia con lo motriz o fuerza impulsora de algo. También la motricidad es concebida como movimiento intencionado y expresada a través de la corporeidad. El mismo Sergio (2006) afirma, que la motricidad es la forma concreta de relación del ser humano con el mundo y con sus semejantes, caracterizada por intencionalidad y significado, por lo tanto, la motricidad implica sensaciones conscientes del ser humano, la aplicación de variables en el aprendizaje tales como: la percepción, memoria y emociones. De igual manera, comprende diferentes formas de expresión: gestual, verbal, escénica, plástica, entre otros.
Para Campos (2018) al establecer concepciones de motricidad humana deberíamos partir de la corporeidad y la corporalidad como categorías generadoras para comprender la dimensión sistémica puesto que, para esta autora la motricidad human se refiere a varios elementos que interactúan en la existencia de la misma. Sin embargo, dado que este término es incipiente, ha sido poco comprendido en muchos ámbitos, sobre todo los destinados al estudio de la educación física, donde no se ha superado el concepto de movimiento, que se queda en lo orgánico y lo psíquico, sin tomar en cuenta que el acto de moverse implica también lo cultural, lo centrípeto, a fin de lograr la trascendencia del ser, lo cual va más allá de la práctica rutinaria de una disciplina deportiva.
Corporeidad
No podemos ver nuestros cuerpos solo como estructuras físicas, sino como estructuras vividas y experienciales, de ahí el necesario replanteamiento como exponía Merlau-Ponty de la corporeización del conocimiento, la cognición y la experiencia. La corporalidad tiene el doble sentido: abarca el cuerpo como estructura experiencial vivida y el cuerpo como el contexto o ámbito de los mecanismos cognitivos. El problema mente-cuerpo  no es simplemente una especulación teórica, sino que originalmente una experiencia práctica y vivida que involucra la concurrencia plena de la mente y el cuerpo. Lo teórico es solo un reflejo de esta experiencia vivida.
En Zubiri (1986), tomar cuerpo es tomar actualidad, al que denomina momento de corporeidad, el cuerpo ya no es solo presenciabilidad, es estar presente en la realidad, y en ese carácter de actualidad se funda la expresividad, la expresión es consecuencia de la corporeidad. Define la corporeidad como: La vivenciación del hacer, sentir, pensar y querer. Se podría decir entonces, es el cuerpo en contacto con la realidad, el cuerpo vivido, es el enfrentamiento a la realidad humana que determina la habitud fundamental, la manera fundamental de enfrentamiento del hombre con las cosas que configuran su mente, la manera de estar en la realidad.
Complejidad y Transdisciplinariedad
Esta propuesta, según Morín (2008), se enmarcan dentro de lo que se llama la Ciencia de la complejidad, cuyo propósito es comprender fenómenos políticos, económicos, naturales, sociales los que eran estudiados por separado, desde distintas especializadas e incomunicadas disciplinas, no pudiendo dar cuenta de fenómenos que solo se daban a partir de la interacción de grandes colectividades de elementos, pues tal enfoque reduccionista explicaba el todo a partir de sus partes, sin tomar en cuenta que un elemento estudiado por separado, individualmente, no genera propiedades que emergen solo cuando entran en interacción con otros elementos.
Para Yanes (2017) el conocimiento es una pirámide no continua, existen espacios dentro de ellas que separan sistemas. Esos espacios son como el vacío cuántico, fracturado, pero reúne todas las potencialidades de la emergencia de nuevos saberes, la transdisciplina permite captar la riqueza de las interacciones entre los diferentes subsistemas que estudian las disciplinas por separado, es decir, la transdisciplinariedad es lo que está entre las disciplinas, las diferentes disciplinas y más allá de toda disciplina.
Estas posturas nos invita a concebir la motricidad humana y  su naturaleza como un todo polisistémico, en donde debemos plantear la contextualización de cualquier conocimiento, el cual para que sea pertinente debe establecer su objeto de estudio del que se espera sea propio. En cuanto a la motricidad humana, este aspecto ha devenido en un amplio debate por lo complejo de su especificación, dada la existencia de varias disciplinas que intentan abordarla.
Neurociencia
En relación con el tema de la neurociencia aplicada al contexto de la motricidad humana, desde hace algún tiempo los científicos ya sabían que las fibras musculas tienen memoria, con lo cual podemos decir que nuestro cuerpo puede recordar determinados patrones motores adquiridos. No obstante el cerebro sigue siendo esencial, ya que además de ser imprescindible para la memorización de la técnica, también es esencial en la modulación emocional que permitirá al atleta llegar a obtener su máximo nivel de rendimiento. La amígdala es una pequeña estructura del sistema límbico encargada de regular nuestras reacciones emocionales, su activación o inhibición será lo que nos permitirá conseguir un mayor rendimiento en los momentos claves.
Blachrach (2015) asegura que, a través de la neurociencia podemos comprender qué ocurre a nivel interno en nuestro cerebro cuando un atleta recibe las aclamaciones o los abucheos de su público. Durante la competición deportiva el atleta recibe miles de estímulos que le hacen estar en estado de alerta: debe controlar los límites del terreno de juego, el balón en movimiento, la proximidad e intenciones de sus adversarios, el estado emocional de los aficionados. Todo ello hace que las amígdalas se activen, tal como le ocurría a los seres humanos más primitivos cuando salían de caza y se enfrentaban a una manada de búfalos o mamuts.
En relación a lo anterior Manes (2015) manifiesta que el cerebro humano no es rígido, es plástico y genera neuronas hasta el último minuto de nuestra vida. Asimismo, plantea que durante la práctica deportiva las áreas cerebrales que cobran mayor importancia son los lóbulos frontales, pero es el cerebelo el que nos garantiza que podamos mecanizar las secuencias complejas de los movimientos específicos de cada deporte. Éste envía las señales a los millones de células del cuerpo, ordenando que se ejecuten las acciones que necesitamos, de este modo cuanto más se practica, más fácil le resulta recordar cuáles son los circuitos nerviosos y las fibras musculares necesarias en cada momento.
Todo esto no es más que una pequeña pincelada de lo que la transdisciplinariedad y la neurociencia está por aportar al mundo de la motricidad humana. No obstante, desde mi humilde postura, se pretende comprender y profundizar en el mundo de estas ciencias, así como sus posibles aplicaciones en el ámbito de lo corpóreo; no sólo porque pienso que es un campo de estudio apasionante, sino también porque considero que es una puerta abierta al conocimiento más profundo del ser humano, la cual nos permitirá acabar desarrollando todo nuestro potencial en cualquier ámbito de nuestra especie.
Complejidad en la concepción de la corporeidad
En relación  con la Complejidad del Fenómeno de la Motricidad Humana, se constituye como un paradigma emergente para el estudio de cualquier área del saber del cuerpo, la corporeidad y la motricidad, ya que se atribuye al estudio de sistemas complejos. Desde esta ciencia basada en este paradigma emergente, se reconoce al ser humano como un sistema complejo, en especial si se considera el funcionamiento del cerebro (Neurociencia aplicada desde la transdisciplinariedad de la motricidad humana), llegando a la afirmación de que la frontera de la ciencia se encuentra encima de nuestros hombros.
En el funcionamiento de los sistemas complejos o dentro de los fenómenos complejos como la motricidad humana, se encuentra el principio orden/desorden/organización, que en la vida del ser humano es un fundamento de la auto y re-organización, como fundamento de la existencia individual. Desde la complejidad la ciencia de la motricidad humana busca abandonar los espacios donde se ejecuta una práctica vacía y se lleve a una praxis donde se valore el sujeto como un ser de formación y en formación. Donde se lleve a cabo una repetición que lleve a la reflexión y construcción de la corporeidad en su estado de transcendencia y encuentro propio. Este conocimiento no puede ser seguido desde la perspectiva dualista sino desde la interacción e integración de ciertos conocimientos para lograr otro conocimiento global, donde se valore las partes en el todo y no el todo en las partes, de esta manera se integra a la ciencia de la motricidad humana y su participación transdisciplinar en otras ciencias.
Integración transdisciplinaria para la consolidación de la ciencia de la motricidad humana
En el contexto Transdisciplinar como Medio para la Consolidación de la Motricidad Humana como Ciencia, se presenta una propuesta de la unión de ciertos conocimientos (sistemas) que son aplicados en diferentes ciencias, los cuales se emplean para formar un conocimiento más amplio, para el caso de las ciencias de la motricidad humana se puede emplear el deporte, la educación física, la psicología, la sociología, la medicina, la biología entre otras, como también disciplinas emergentes como la neurociencia.
Este modo transdisciplinar de concepción de la realidad, busca en la ciencia de la motricidad humana definir en forma conjunta los pasos a seguir para llegar a una implementación de diversos procesos heurísticos y dialecticos. Nos llama a una reforma del pensamiento y a una transformación del sujeto que conoce hacia el sujeto cognoscente, en consecuencia, la realidad percibida no puede ser vista de un solo lugar ni estudiada por una sola ciencia. Esto se concretaría como un conocimiento superior emergente, fruto de un movimiento dialógico de retro y pro-alimentación del pensamiento, que nos permite cruzar los linderos de diferentes áreas del conocimiento disciplinar y crear imágenes de la realidad más completas, más integradas y, por consiguiente, también más verdaderas.
Neurociencia transdisciplinar para las representaciones corpóreas
Apoyando la concepción de Motricidad Humana como Ciencia Emergente, uno de los principales hallazgos lo constituye el hecho de que se está construyendo desde la complementariedad de especialidades, de las disciplinas y de otras ciencias, reconociendo la diversidad del hombre, producto de la evolución del conocimiento y de ciencias. Lo anterior demanda un dialogo entre disciplinas, articulación de saberes para la construcción de la base conceptual de esta nueva forma de conocimiento, que permita determinar su demarcación como ciencia.
Se desprende de lo anterior, la necesidad de sensibilizar, concientizar y valorar el estudio del cuerpo, considerando el ser, el hacer, las actitudes, emociones del hombre y la comprensión hacia los demás, puesto que es necesaria la conciencia de la complejidad humana dentro de los postulados de la corporeidad. Con esta configuración, la motricidad humana impulsa el realce del hombre en el estudio de las ciencias, y se reconoce su carácter complejo en la pretensión de entender la integralidad del ser humano, lo que conduce a encontrar en el sendero del laberinto al paradigma de la complejidad.
El conocer sobre el cerebro a través de la neurociencia tiene implicaciones de gran magnitud en el contexto de la motricidad humana, por cuanto se establecen serias condiciones para el desarrollo de las características funcionales innatas del cerebro en cuanto al desarrollo del pensamiento y la consciencia corpórea, al logro del aprendizaje motor y la comprensión de la conducta humana movimental, de esto partimos para concientizarnos sobre el impacto de la triangulación y la relación de la neurociencia, las ciencias de la motricidad humana y esta misma como ciencia emergente.
Pensando la Motricidad Humana desde Transdisciplinariedad y la Neurociencia
El concepto de ciencias de la actividad física, del deporte o del movimiento, ha sido durante mucho tiempo y por tradición, el conjunto vacío comprendido entre las disciplinas que han interaccionado entre sí: Física, Biología, Psicología, Fisiología, Anatomía, Sociología, Química entre otras. La constitución como conjunto vacío es debido a la indefinición del objeto de estudio al referirnos a manifestaciones motrices o de motricidad humana, donde todas las disciplinas, como se ha visto con anterioridad, tienen algo que decir, cada una bajo su prisma y método, sin necesidad de colaborar entre ellas. Esta situación, fruto de la adopción del método científico, ha generado situaciones de tensión paradigmática entre el nuevo cuerpo de conocimientos y las disciplinas básicas originarias que interaccionaron para constituir el mismo.
Debemos ir al cambio de perspectiva, no sólo en la ciencia, sino que todas las actividades humanas, en este caso la motricidad, para responder a un todo unitario, partiendo de la unidad universal, siendo por esto mismo, que los conceptos unidad  y diversidad no deben entenderse como opuestos, sino como complementarios.  Ya que el cuerpo desde la corporeidad, es un universo, una arquitectura de sistemas, polisistémico organizado. No existen partículas elementales, objetos, piezas separadas unas de otras, todos ellos son sistemas en un archipiélago de sistemas  en un universo, es decir, existe un encadenamiento de sistemas de sistemas, y ello rompe con la idea de objeto cerrado y autosuficiente.
La motricidad humana como ciencia emergente, ciertamente, se encuentra relacionada con la necesidad global del hombre de transformarse en todas sus dimensiones, si pretende perdurar y existir. Esto demanda reconocer lo complejo del sí mismo y lo complejo de sus pensamientos, constituyéndose como un apoyo conceptual para la reciente ciencia de la motricidad humana. En tal sentido, el enfoque complejo transdisciplinario permite captar la riqueza de las interacciones entre los diferentes subsistemas que estudian las disciplinas por separado dentro del campo de la motricidad humana. Planteando un cierto número de niveles de realidad para cada suceso que influye interna y externamente al ser humano (Sociales, Psicológicos, Mentales, Físicos, Emocionales).
Estos niveles cuando son adyacentes están conectados por la lógica del medio incluido y su evolución se efectúa a través de un flujo de información que todo lo atraviesa, de un nivel de realidad a otro nivel. Y así, cada comprensión de niveles superiores de realidad conducirá hacia la construcción de teorías aún más unificadas. Además de las ciencias y disciplinas tradicionales conocidas como ciencias aplicadas al estudio de la motricidad humana, surgen alternativas como la neurociencia, que puede contribuir con la construcción y establecimiento de un estatus científico en el campo académico y científico del complejo mundo de las ciencias del deporte, la actividad física y la motricidad, y así consolidar un proceso teórico científico para consolidación de la motricidad humana como ciencia.
La motricidad humana como una ciencia, ha construido sus postulados teóricos desde neuromotricidad, la neuropsicología y la filosofía, dando pie al entendimiento de diversos fenómenos humanos y sociales, adquiriendo una perspectiva fenomenológica y compleja. Asimismo, tomó desde de las áreas biológicas y se deja permear por interpretaciones provenientes de campos de lo social como la Psicología, la Antropología, la Sociología, la Geografía Humana, la Filosofía, entre otras. Demostrando un potencial ilimitado que sugiere trascender la preocupación científico-académica y llegar a la aplicación misma, a la praxis, donde el ser de humanidad viva y alcance su realización.
Es un hecho reconocido que la motricidad humana se ha erigido como un objeto de estudio, un sistema funcional y un sector de actividad transdisciplinar polisistémica, en donde se desarrollan nuevas teorías, paradigmas y métodos, así como, se consolidan tanto la fundamentación metateórica, epistemológica, teórico-científica e histórica. Por tanto, debemos ir hacia una perspectiva que ponga su atención al conocimiento generado desde los estudios de la mente y su aplicabilidad con un enfoque pluriparadigmático en la compresión y concepción de la realidad integral del ser humano.
La configuración de la motricidad humana como ciencia compleja y transdisciplinaria sigue siendo un tema de debate, puesto que para algunos es una ciencia emergente en virtud de su reciente data, para otros, implica que quizás sea una ciencia que se le asigna esa etiqueta, por el cuerpo de conocimientos generado que de igual manera va a establecer teorías, que respondan a los fenómenos que subyacen a su área de estudio. La presencia de la neurociencia en el panorama científico dentro de la motricidad humana nos hace percibir, que a pesar de su relativa juventud esta disciplina ha dado grandes aportes al conocimiento, con respecto al análisis del movimiento humano y su origen. Es así como estos aportes, tan necesarios como pertinentes, trascienden lo relativo al movimiento, ubicándose en la consciencia del cuerpo y la corporeidad, correlacionándose con la cuestión del origen y funcionalidad del acto motor.
REFERENCIAS
Bachrach E. (2015). Neurociencia en el Deporte. Video conferencia: disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=pQaXUhJcY_o
Campos, M. (2018). Consideraciones sobre el Doctorado en Ciencias de la Motricidad Humana. Conferencia: V Foro de Motricidad Humana. UPEL-IPB. Barquisimeto-República Bolivariana de Venezuela.
Colmenarez, J. (2018). Cuerpo, Corporeidad y Motricidad Humana. Conferencia: V Foro de Motricidad Humana. UPEL-IPB. Barquisimeto-República Bolivariana de Venezuela.
Martínez, M. (1999). El comportamiento humano: Nuevos métodos de investigación. México: Trillas.

Martínez, M. (2002). La nueva ciencia.(1ª ed.). México: Trillas.

Manes, F. (2015). Cómo funciona Nuestro Cerebro: Neurociencia. Video conferencia: disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=vBtvVgx9nZw
Morin. E. (1994) Ciencia con consciencia. Editorial el hombre.
Morin, E. (2005) Introducción al Pensamiento Complejo. 8ª edición. Gedisa Editorial. Barcelona.
Morin E. (2008). La unidualidad del hombre. Gaceta de Antropología ISSN 0214-7564, No. 13.
Sergio, M. (1986). La motricidad como dimensión humana. Editorial Gedisa México.
Sergio M. (2006). Motricidad humana, ¿cuál es el futuro?. Pensamiento Educativo. Vol. 38 (Julio 2006), pp. 14-33.
Yanes, J. (2017). Complejidad y Calidad de la Educación. Chile: RIL editores.

Zubiri, X. (1986). Sobre el Hombre. Alianza Editorial & Sociedad de Estudios y Publicaciones. Madrid.

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